En Neurociencias Integrales estamos muy ilusionados con este proyecto y no podíamos empezar mejor, sino uniéndonos al Día Mundial del Alzheimer, una fecha especial para concientizar y divulgar información que ayude en la prevención de la enfermedad de Alzheimer, bajo el eslogan internacional “Conoce la demencia, conoce el Alzheimer”.
Interesante eslogan ¿verdad? Especialmente si destacamos que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente existen 50 millones de personas con demencia en el mundo, de los cuales entre el 60% y 70% sufre enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia.
Pero este dato impresiona todavía más, cuando desde la propia OMS, nos anuncian que para el 2050 el número de personas afectadas por alguna demencia se podría triplicar, alcanzando 152 millones de personas, sí, estás leyendo bien, 100 millones de nuevos pacientes en tan solo 30 años.
Y por si estas cifras no fueran lo suficientemente impactantes, no podemos dejar de lado posibles consecuencias de la reciente pandemia que nos ha afectado, y es que según un estudio del sistema de salud de Northwestern Medicine, más del 80% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 presentan síntomas neurológicos. Incluso, pacientes con casos leves de COVID-19 han reportado pérdida de memoria, problemas de concentración y otros síntomas relacionados que pueden durar meses.
Algunos científicos hablan ya de la probabilidad real de un aumento de casos de demencia y deterioro cognitivo en el futuro como consecuencia del COVID-19.
Y es que la demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, afecta no sólo a quien la padece, sino también a sus familiares cercanos, que con paciencia, amor y dedicación van afrontando las distintas etapas de la enfermedad, dejando atrás actividades cotidianas, para centrarse cada vez más en los cuidados del paciente.
¿Sabias que la mayoría de los cuidadores de pacientes con Alzheimer son sus familiares?.
Pero siempre existe una luz de esperanza y en este caso, una de las claves es evitar factores de riesgo, la OMS alerta que sólo con esto, se podrían prevenir para el 2050 hasta 40 millones de casos de demencia.
Y ahora te estarás preguntando ¿Y que puedo hacer para prevenir que me pase a mi? ¿Cuáles son esos factores de riesgo sobre los que tengo que actuar?
Lo primero que tienes que saber es que la demencia no es una parte natural del envejecimiento, si bien la prevalencia de presentar demencia, especialmente Alzheimer aumenta con la edad, no es cierto ni que todas las personas mayores la sufran, ni que sea una enfermedad exclusiva de la vejez.
La demencia de inicio temprano, con aparición de los síntomas antes de los 65 años, representa hasta un 9% de los casos en el mundo de acuerdo con datos de la OMS.
Todos, en algún momento olvidamos un nombre, una cara, o lo que íbamos a buscar en la nevera, especialmente a medida que cumplimos años, pero la demencia es algo diferente, y nos afecta de distinta manera dependiendo del impacto de la enfermedad y de algunos aspectos de la personalidad antes de empezar a padecerla.
El principal síntoma de la demencia y la enfermedad de Alzheimer son los problemas de memoria de corto plazo, pero, no es sólo un problema de memoria. También la dificultad para planificar, para mantener una conversación, pensar las cosas detenidamente, la desorientación espacial, la pérdida de la noción del tiempo o tener cambios en el estado de ánimo o comportamiento, pueden ser síntomas de la enfermedad.
Y es que en la demencia por Enfermedad de Alzheimer se producen una serie de eventos que lleva a que las células nerviosas mueran, dañando la estructura y química del cerebro.
¿Y cómo cuidamos nuestro cerebro? ¿Qué podemos hacer para mantener el cerebro sano?
Numerosos estudios han demostrado que, incorporando algunos sencillos hábitos a nuestra rutina diaria, podemos ayudar a disminuir el riesgo de alteraciones cognitivas.
Haz ejercicio
Camina al menos 30 minutos diarios, si puede ser al aire libre y por la mañana mejor, pero si por un tema de horario no puedes, recuerda que siempre es mejor hacerlo por la tarde que no hacerlo. Si te gusta realizar algún deporte o ir al gimnasio, también funciona. Cada vez hay más evidencias que mantener una buena actividad cardiovascular, ayuda a preservar el cerebro y mantener la mente sana y ya sabes lo que dicen “mente sana, cuerpo sano”. Existen estudios que incluso sugieren que podría ser necesario combinar el ejercicio aeróbico con el de resistencia muscular.
Cuida tu alimentación
Ni mucho, ni poco, todo con moderación. Incorpora en tu dieta diaria vegetales, frutas, verduras, pescado, aceite de oliva, frutos secos, huevos, cereales integrales, chocolate negro y bebe suficiente agua, hidrátate. Estos alimentos se descomponen más lentamente en el cuerpo y un ritmo constante de la digestión en el intestino proporciona un mejor flujo de energía al cerebro, por el contrario, alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y comida muy procesada pueden producir inflamación que inicia o mantiene el daño a las células del cerebro.
Duerme bien
El sueño es un proceso fisiológico vital para el organismo, y su alteración puede tener impacto en áreas tan diversas como la hipertensión, diabetes, obesidad, disfunción eréctil, epilepsia, mellitus, etc, pero eso no es todo, existen cada vez más evidencias del papel que juega el sueño en los procesos de consolidación de la memoria y en posibles alteraciones cognitivas como el deterioro cognitivo leve y la demencia.
Así que si tienes problemas para dormir, no dudes en consultar con un especialista.
Disfruta de la vida, cultiva las relaciones sociales
¿Te ha pasado que cuando estás estresado te cuesta más enfocarte o tomar una decisión? El estrés afecta el hipocampo y otras áreas del cerebro como la memoria. Por eso, es importante que cuidemos nuestro bienestar emocional, tratar de llevar una vida tranquila (en la medida de lo posible), te ayudará a minimizar el riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
No menos importante es cultivar las relaciones sociales, salir de casa, conversar con otras personas. Pasar tiempo con tus seres queridos ayuda y mucho a mantener un cerebro joven.
Por cierto ¿sabías que tener una mascota también te ayudará?
Mantente saludable, ¡cuídate!
Vigila tu peso, hazte tus revisiones médicas pertinentes. Enfermedades como la obesidad, el colesterol, la diabetes mellitus o la hipertensión están directamente relacionadas con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. También el tabaco o cualquier otra droga.
Aumenta tu reserva cognitiva
Todo lo que implique aprender y adquirir nuevos conocimientos te ayudará a tener una reserva cognitiva alta. Es muy importante mantener estimulada nuestra mente con pequeñas actividades que te resulten placenteras. Leer, hacer sudoku, jugar juegos de mesa, ajedrez y en particular aprender un nuevo idioma favorecerá tu actividad cognitiva y con ella, mantener un cerebro sano.
En siguientes posts, seguiremos conociendo la demencia y la Enfermedad de Alzheimer.
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Es muy importante aprender a cuidar nuestro cerebro